A principios de mayo, el diario «El Confidencial» y la Fundación porCausa publicaron ‘Melilla Vice’, una amplia investigación conjunta que desvela el esquema de corrupción que opera en esta ciudad fronteriza, gobernada durante 19 años por Juan José Imbroda (Partido Popular). Esta investigación contó entre sus impulsores con varios socios de la API, como José Bautista, de porCausa, una fundación especializada en el periodismo de migraciones, y contó con la coordinación de María Zuil y Marcos García Rey en «El Confidencial».
Melilla Vice “fue una de las razones por las cuales yo decidí asumir este cargo como un acto de responsabilidad”, aseguró Eduardo de Castro (Ciudadanos), nuevo presidente de Melilla, dos días después de asumir el cargo. Además, días antes de las elecciones generales del 28-A, «El Confidencial» y «porCausa» publicaron las imágenes en las que el hijo del presidente Imbroda aparece supuestamente comprando 300 votos. Al hilo de este trabajo, previamente «porCausa» y «El País» también colaboraron para informar sobre la presencia de varios altos cargos del gobierno de Melilla investigados por supuestos delitos de corrupción que seguían adjudicando contratos ‘a dedo’ (sin concurso público) a empresas a su vez imputadas. En este trabajo intervino también Daniele Grasso, destacado socio de la API, y el tema fue portada.
Melilla Vice pone de relieve cómo el Ejecutivo local, liderado por Imbroda, combinó durante años el discurso del miedo hacia los extranjeros con un uso interesado del amplio presupuesto que ostenta la ciudad para gestión migratoria, así como la propia contratación pública de Melilla, todo ello sin la fiscalización que establece la Ley de Contratos del Sector Público. Durante casi dos décadas, esta trama logró confeccionar una amplia red clientelar en la que abundaban los lazos de nepotismo, en connivencia con unos medios locales cooptados y dependientes del presupuesto de Melilla, así como un amplio número de empresas locales y nacionales que obtenían contratos de forma arbitraria, y varios aliados a nivel judicial y policial.
La otra cara de la moneda muestra que esta corrupción representa hasta el día de hoy una profunda lacra para el desarrollo social y económico de la ciudad, agravando la vulnerabilidad de buena parte de los melillenses y las personas migrantes que transitan la ciudad, y en particular de los niños extranjeros bajo tutela.
Puede consultar Melilla Vice haciendo clic aquí, o leer un resumen de la investigación aquí.